Mi Bienvenida

Seais bIENVenidos al humildE lugar doNde rEposaN mis pensAmientos y se bifurcan mis anheloS

20 julio 2005

una historia

¿Alguna vez, haz estado en un lugar especial, encendido tú radio y, en el momento, en el cual, apagas sigilosamente la luz, comienza a emanar el sonido de tú canción favorita, estremeciendo todos y cada uno de tus sentidos, solamente para que obtengas como resultado, un sinfín de recuerdos especiales y únicos? Luego te recuestas sobre la superficie de tú altar y cierras tus párpados, como si el tiempo no existiera. Sin darte cuenta, tus problemas comienzan a emanar sin detenerse un momento para dejarte descansar, todas las cosas que haz dejado de hacer, comienzan a invadir tú pasividad. Encuentras que pudiste hacer muchas cosas durante el transcurso del día, pero el maldito miedo a quedar en ridículo, consumió todo tú ser y ahora, luego que todo quedó en el pasado, te das cuenta que ya es muy tarde, las cosas que tenían que pasar pasaron, y tú no hiciste nada por hacer de este mundo, tú mundo, fuera un lugar mejor. Sin darte cuenta, ya han pasado un sinfín de horas y la noche se te ha hecho demasiado corta, tanto que, tratas de volver a la realidad, pero tú cuerpo te dice lo contrario, estás exhausto.

Durante cada minuto que transcurre entras, cada vez más, en un estado de melancolía que te invade por completo, donde no encuentras ningún sentido, ni fin, por el cual, seguir sufriendo y prefieres acabar, de una vez por todas, con ese sentimiento de melancolía, ya que, te está afectando en demasía y tú no estás acostumbrado a ello.

Luego de un momento de melancolía, logras evadir ese sentimiento que te afectó durante el transcurso de la noche y caes rendido a los pies de tú altar.

Despiertas, a la mañana siguiente, como si nada hubiera sucedido, pero al volver a tus aposentos, después de un largo día de trabajo, ese sentimiento de melancolía se agudizó y ya no lo puedes continuar soportando toda esas cosas que se entremezclan en tú vida, tus venas colapsan, te sientes especialmente observado, tú cerebro no quiere continuar el camino, que tanto esfuerzo le costó retomar, ya no quieres sufrir más. Crees que la mejor solución es dejar, de una vez por todas, que todo esto termine. Tus amigos, a los cuales, acudiste en su ayuda cuando más te necesitaban, te han dejado sólo y sin esperanzas, aquellos, a los cuales, admirabas por su incondicionalidad hacia los más necesitados, te han abandonado sigilosamente, tan sutilmente, que no los sentiste partir. Si no haces algo, tú historia acabará antes de ser escrita… ¡Ya no aguantas más! Te diriges hacia el lugar donde tus padres guardan todas sus pastillas y seleccionas cuidadosamente las píldoras que posibilitarán tú partida. Te diriges a tú altar (sin dejar de lado el vaso que contiene el líquido especialmente confeccionado con la esencia de un número determinado de plantas para facilitarte el camino), las depositas cautelosamente, y te diriges al interior del cofre, donde tienes guardados tus mas profundos secretos, sacas la daga que te ha acompañado en oportunidades anteriores, donde no tuviste las agallas suficientes para concluir con tú miserable vida, esa que solamente te ha traído complicaciones más allá de lo que ellos pudieran imaginar. Tratas de elegir la solución menos dolorosa para terminar de una vez, todo esto y decides que, la solución más acorde a tus sentimientos y esperanzas es la primera. Ya no quieres dar un paso atrás, tus segundos están contados. Comienzas la tarea, el comienzo del fin, abres los 26 frascos que escogiste anteriormente, uno por uno (quizás comprobando su contenido o simplemente esperando en que alguien recordara aquel niño, que pasaba sus días acompañado de la mismísima soledad y, como el trataba de pasar desapercibido, nadie notó su ausencia). Posas el contenido sobre la palma de tú mano, te despides de las pocas personas, a las cuales quisiste, como a tú mejor amiga y, por supuesto, al amor de tú vida, que nunca supo lo que realmente sentías hacia ella, por el estúpido miedo al ridículo y la esperanza, en que ella te digiera lo mucho que te amaba (si es que fuese así, aunque nunca lo creíste posible) te traicionaron siempre. Las depositas, una por una, en tú boca, como si el tiempo no existiera, como si estuviera detenido. Tomas el vaso con la mezcla de esencias y luego bebes todo de una vez, sin darte una segunda oportunidad, sin haber hecho un “último esfuerzo” por despedirte, al menos, de la persona que ha guardado, y siempre guardará, un lugar en tú corazón. Parece que algo no está saliendo de la manera en la cual te esperabas, tú cuerpo no sufre cambio alguno, mientras que tú, mantenías la esperanza viva en el interior de ti, que morirías instantáneamente y, con ello, no sufrirías más. Al cabo de unos minutos de espera infernal, a lo lejos, logras identificar el leve parpadeo del teléfono, pero no quieres ir a contestar, ya que estás seguro, que debe ser otro de esos llamados desconocidos que buscan personas desconocidas, pero hay algo especial en este llamado, algo que te insinúa, como una premonición, que te dirijas a él y finalmente lo haces. Al hacerlo, comienzas a sentir algo extraño que está sucediendo en tú cuerpo, como una sensación de cansancio general. Tomas el teléfono e intentas decir “aló?”, pero tú boca te dice lo contrario, en ese instante te das cuenta que no tienes fuerza alguna, ni siquiera para continuar caminando y piensas finalmente “por fin ha comenzado el efecto de las pastillas”. Vuelves a la realidad, al identificar la voz de alguien querido y no tardas mucho en identificarla totalmente… ¡Esa es la voz de la persona que te alegra el día sólo con su mirada!

Sus palabras no tardaron en transformarse en gritos, para finalizar en llanto. Luego de muchísimo esfuerzo logras decir un melancólico “aló?”. Y desde el teléfono escuchas algo así: “Es extraño… estaba ocupada en mis cosas cuando, de repente, mi corazón mi dice que algo andaba mal, que era de suma urgencia llamarte, ya que podría ser la última vez, en la cual, te podría decir que te quiero mucho y que haría lo que fuera por ti, aunque hay que reconocerlo, nunca creí que te pudiera suceder algo, o sea, ¿Cómo podría sucederte algo a ti, si has sido el soporte principal de muchas vidas, incluyendo la mía? Por ello no presté atención a las advertencias que me hacía llegar mi corazón y, al paso de unos instantes, sentí una sensación de agonía que invadió todo mi ser y, gracias a ello fue, que decidí llamarte. Espero que no te enojes conmigo, por haberte molestado a esta hora, ya que sé, que estás muy ocupado con tus cosas, y no quiero ser una presión más para ti, ya que, con la presión que tienes por parte de tú colegio, de tú familia y de tus amigos, el hecho que yo te presione puede hacerte daño.

Aunque, con respecto a tus amigos puedo decir, que lo único que hacen es intentar consumir todo el tiempo posible con tal que estés al lado de ellos, pero al mismo tiempo hacen todo esto porque te quieren y quieren demostrártelo. Por tú parte creo que debes reconocer que has estado apartándote, cada vez más, de todos y cada uno de ellos (espero que no sea por temor a hacerles algún tipo de daño) y por ello, quiero que sepas que, por último, yo estaré a tú lado, cuando más me necesites y que puedes contar conmigo ahora y siempre porque… porque… porque te A... repentinamente el teléfono cae al piso, ya que el auricular, fue mucho peso para tú mano, la cual, casi no sientes. Todo, a tú alrededor gira y lo único que pasa por tú mente es, en la angustia, por no haber terminado de escuchar lo que ella te ansiaba decir, y piensas: “¿me habrá querido decir lo que he estado esperando desde el primer día en que la divisé y cuando, mi cuerpo aliado con mi alma, me insistía en que ella era lo que he estado esperando durante el transcurso de mis día y que sería el fin de mis sufrimientos?” una ansiedad espeluznante comienza a rondar, a través de tú cuerpo, y te consume por completo, todo por no haber logrado escuchar lo que ella realmente te quiso decir y, por ello, utilizas esas fuerzas que te quedan y te diriges hacia el piso para recuperar el teléfono y poder concluir la conversación. Como no tenías fuerzas, tú cuerpo se abalanza contra el piso, no tienes ninguna fuerza que sea capaz de amortiguar la caída y tú cabeza se estrella, produciéndote una herida en la frente que hace que comience a emanar desde ella, una gran cantidad de sangre, la cual, atribuyes a la representación de todo el amor que le pudiste haber entregado, si todo hubiera sucedido con anterioridad. Haces un tercer y último esfuerzo por alcanzar el preciado artefacto que trajo la voz de tú amada, luego de un arduo esfuerzo te das cuenta que no puedes alcanzarlo, el teléfono está demasiado lejos del alcance de tú mano.

Luego de transcurridos angustiosos momentos, sientes que alguien está forzando la puerta con gran fuerza, pero no intentas hacer nada para prevenir la entrada de ese personaje, ya que sabes, que si no pudiste alcanzar el simple auricular del teléfono, aún más difícil será impedir que alguien haga ingreso a tú hogar. Vez prácticamente nada, tus sentidos, casi no responden. Vuelves a preguntarte el, por qué aún no ha acabado tú historia y, al mismo tiempo, ansias poder acariciarla una vez más antes de emprender tú viaje, e incluso, aunque solamente la vieras, serías igualmente feliz. Recuperas el total conocimiento por unos instantes, y lo único que logras identificar es el rostro causante de tus condiciones actuales, esa figura indescriptible por su gran belleza que, ni siquiera lo más bello de este mundo tendría la mínima oportunidad de igualar su hermosura y, el poder verla, te hace querer tener una segunda oportunidad de contemplar ese instante por toda la eternidad, pero gracias a la pérdida de sangre o a las pastillas tú mente se apaga y lo único que logras decir antes que suceda esto es: “lo único que pido es que ella pueda ser feliz, aunque no sea a mi lado… a veces me preguntaba, por qué cambian los días si todos son iguales, y lo único que puedo decir al respecto es que, todos los días son iguales pero uno es el que tiene la capacidad de hacerlos, a todos y a cada uno de ellos, diferentes.

Fin

6 comentarios:

Anónimo dijo...

mmmm....
siisisisis
jose no kacho
osea si pero me
da paja leer
weno te kiero mucho
xau

Anónimo dijo...

en realidad te debato eso del efecto de las pastillas............la desesperacion de haberlo hexo y el arrepentimiento es peor.........

pero interesante lo escrito....t lleva a cosas inimaginables....en fin......para poder decirte que pienso necesito mas de un par de horas.....

pero enserio me parecio bueno........

podrias hacerte un flog...xD


asi me he es facil postear


la inspiracion hoy ( lunes 27 de nov.2006) ha muerto......



saludos te mando


ojala nos veamos ----


besito


eso

Anónimo dijo...

un posteo de tu persona



waa!!! emocion total haberte conocido *.*


eres muy lindo ...la ura.....me caes ultra mega bien......


da pena haberte conocido a final de año...pero dicen k todo pasa por algo....asi k veremos cual es el algo XD



cuando termine de escribirte me leer tu blog entero......para entender y saber como piensas!!!!!!!!!!




saludos

Anónimo dijo...
Este blog ha sido eliminado por un administrador de blog.
Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

mmm que decir relamente no sabria ese sentimiento que nos invade es dificil de describir a todos nos afecta distinto si bien la mayoria no toman o tomamos la salida rapida por distintas razones creo que siempre nos empuja esa fe de que el mañana sera mejor de que te levantaras y sentiras la gloria en sus diferentes opcioens (amor, exito, no se q mas por ahora) y terminas acostado en tu cama pensando eh ilusionado con un mañana que solo vendra si das los pasos necesarios, el amor ciertamente es una gran motivacion dimelo ami ¬¬ pero creo que hay un punto donde tus alas se cortan y caes al vacio y esperas esperas a que alguien tienda la mano para dart un descanso asi sea un moemnto que te haga olvidar todo que aunq sea un mentira la vivas ocmo realidad como que eres apreciado que no eres solo una marioneta mas para ese algiuen... soñar soñar