El Receso

Por motivos personales no continuaré escribiendo por un tiempo... si quieren lean desde el comienzo pero no se que haré por el momento con esto...
Niña... no es que no me gustaría dar un paso a tú lado, pero en este momento ni siquiera recuerdo como caminar

Otra Niña... sabes lo que pienso sobre esas cosas asi que me extraña que me quieras recordar cosas que a mi parecer son exclusivamente palabras sin valor ya que en el día a día demuestras lo contrario.

Disparándome...

Disparándome...

Tú me debes matar, el problema es que no quieres hacerlo... a quien le importaría si fuese tú víctima y cayese rendido ante tus brazos, ante tus labios. Es más, aunque pienses en lo que significaría para mi que lo hicieses, caerías víctima de tus sentimientos encontrados hacia mi persona, de hecho, sé que en el momento exacto cuando debas tirar del gatillo no serás capaz de hacerlo. Eres demasiado humana, humilde, cariñosa como para que pasara desapercibida tú responsabilidad de la muerte de un ser que tiene el pensamiento parecido al que posees, pero su nivel de entrega es aún mayor que el tuyo y por ello tendré que hacerlo con mis propias manos para no ensuciar las tuyas. Se que pese a todo quieres que desista de hacerlo, pero no puedo, ya que esto está escrito y así planeo liberarme de estas penurias.

Antes del principio del fin quiero que mires directamente a mis ojos por unos instantes mientras me dices que no eres capaz de hacerlo y que por ello prefieres que lo haga con mis propias manos. Luego de eso por fin conseguiré cumplir con una de las misiones que me han traído a este mundo, aunque para finalizar con todo, quiero que prosigas con segunda parte y así termines con esta maldición que me impide ser.

No llores por mi desgracia, sino más bien alégrate, ya que por fin lograré aquello que me ha sido negado desde que vi la luz del día y a la vez fuiste lo primero y serás lo último en lo que pensaré.

(aún espero el dibujo pero era el momento de subir esto)

Esto no va escrito para ti...

Recuerdo todo como si hubiera sucedido ayer, recuerdo como la primavera de abria paso entre las nubes que estaban extinguiéndose por sobre el firmamento, recuerdo como tú mirada iluminaba el camino en las más abrumadores penumbras, como la forma de las cosas cambiaba cuando tú mano rozaba con su dulzura, con una delicadeza tan envidiada por mis ojos, que me hacían sentir como un ínfimo pétalo en un mar de rosas movidas por el viento, ocasionando un fragor de imagenes que atravesaban constantemente por mi mente mientras vivías en tú mundo sin imaginarte las cosas que cincundaban por mis pensamientos, que a ratos me agobiaban y me hacían caer, con ansias de que fuera bajo tu manto de esperanzas.
Tú mirada me hacía oler el sonido de las flores como si fueran las únicas existentes en todo el universo, quizás por momentos me cegaba, quizás por momentos me hundía, pero me fascinaba encontrarme en esa situación, darme cuenta que eso era lo único que me daba vueltas por la cabeza y que no me dejaba ni respirar, pero que importaba si mientras te sintiera cerca no necesitaba ni el aire para poder subsistir, me bastaba solamente con escuchar tú mirada mientras veia a través de tus ojos el sentido de mi existencia.

Deja pasar... solo un tiempo...

No se que decirte, pese a lo que me dijiste quede con la amarga sensación, de hecho se que no fue lo más apropiado para esa ocasión el que haya actuado de ese modo pero tu manera de expresar me dejo muchas cosas para pensar. Quizás sea efecto de lo mal que te sientes, quizás sea efecto del conjunto de cosas que te han pasado pero esa reacción me cayó como balde de agua fría. Mientras caminaba hacia mi casa me di cuenta de que quizás lo mejor en un momento como este es que me retire con la cola entre las piernas como si hubiese atentado contra tu integridad, cosa que nunca fue así­. Por otro lado desde que nos conocimos he intentado darte cuanta cosa he podido, con tal de que pierdas por unos instantes los pesares del momento, de hecho se que no tengo muchas cosas para ofrecer dentro de lo que podría llamarse una relación de amistad, de hecho, lo único que tengo para ofrecerte es una mano donde te puedas apoyar cuando más lo necesites, una compañía en ocasiones, pero pese a ello y en un momento como este, cosas como las que hiciste me hacen pensar varias veces si lo que he estado haciendo vale la pena y merecen el esfuerzo de continuar perdiendo otro tipo de oportunidades por hacer de tu mundo un lugar donde pese a todo, continúen habiendo posibilidades para continuar creciendo y así­ ofreciéndote nuevas oportunidades para ser feliz.

Por ello quiero que sepas que no quiero que me llames por un tiempo (por lo menos si quieres que esto algún día se arregle) aunque quiero saber sobre tu salud y la de tu familia que no se encuentra muy bien en estos momentos.

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